Hoy por la tarde tuvimos un encuentro con Flora, una laica
consagrada que nos explicó su experiencia de 30 años de misionera en Venezuela.
En el encuentro nos habló de la vida de los empobrecidos, de su capacidad de
compartir, porque lo poco que tenían lo compartían con sus invitados.
También el poder divertirse y ser felices con lo poco que
tenían mientras que nosotros queremos más y más.